La primera patente de concreto australiana de GCP data de 1935

​GCP Applied Technologies puede parecer nuevo, pero este productor de materiales de construcción y soluciones de envasado es el resultado de décadas de innovación.

Desde principios del siglo XX, GCP ha presentado casi 900 patentes. Y una de ellas es el primer aditivo para concreto.

En 1935, Dewey & Almy solicitó una nueva patente en tecnología de aditivos, basada en un derivado de lignina. El compuesto era un agente de dispersión eficaz para producir concreto con menor costo o mejor resistencia.

El mayor costo en la producción de concreto es el cemento. Además, se necesita agua para mezclarlo con el cemento para que se vuelva más flexible y más plástico, lo que facilita formar, manipular y catalizar la hidratación del cemento. Cuanto más agua se mezcle, el cemento se vuelve más trabajable y más hidratado.

Por otra parte, el exceso de agua debilita el concreto. Sin embargo, los productores necesitaban agregar agua en exceso para lograr la capacidad de trabajo deseada del cemento, y sacrificaban la resistencia o el costo.

El aditivo de concreto derivado de lignina resolvió esto. El agente reductor de agua dispersó las partículas de cemento de manera eficiente para otorgar la capacidad de trabajo deseada, sin tener que añadir agua en exceso.

¡Y ya está!

Debido al aditivo innovador de Dewey & Almy, tenemos un concreto producido con cemento trabajable, que mantiene la resistencia y reduce el costo de producción.      

Grace Construction & Packaging (GCP en el futuro) adquiriría Dewey & Almy en 1954.

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